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lunes, 1 de septiembre de 2014

Película: COHETE K-1 (Kurt Neumann, 1950)

Llegado 1950, en medio de un intenso fragor y entusiasmo por la fulgurante carrera espacial norteamericana, la industria cinematográfica inauguró un nuevo tipo de cine de ciencia-ficción con dos producciones casi simultáneas. Aunque "Con destino a la luna" (Destination: Moon) fue anunciada antes por su productor George Pal, su pequeña rival Lippert Pictures puso en marcha a toda prisa una película del mismo tema para ser estrenada lo más rápidamente posible y así ser los primeros en aprovechar el filón de la fiebre por el espacio. Esta segunda película fue "Cohete K-1" (Rocketship X-M) que efectivamente, y por muy poco tiempo de diferencia, se convirtió en la primera película estadounidense sobre los viajes espaciales modernos.



El film, realizado con un presupuesto muy ajustado, nos narra el primer intento del ser humano por alcanzar la luna en un cohete. Debido a un accidente durante el viaje, la trayectoria de la nave es desviada dramáticamente y el vehículo acaba por llegar al planeta Marte, donde los aguerridos expedicionarios viven una fantástica y trágica aventura.

Aunque normalmente el cine de ciencia-ficción y la homosexualidad nunca han sido elementos fusionados, y ya no digamos en los años 50, se puede intuir sutilmente en "Cohete K-1" una posible relación más allá de la simple amistad entre dos de los científicos que participan en el proyecto: el profesor Karl Eckstrom (John Emery) y el doctor Ralph Fleming (Morris Ankrum).



Es difícil explicar con palabras cómo esa insinuación se plasma en la pantalla. Aunque por el diálogo queda muy claro que ambos personajes son compañeros de aventuras desde hace muchos años, sus miradas y su complicidad son más que elocuentes. Cuando toma cuerpo la tragedia sobre su "amigo", el doctor Fleming se sobrecoge con una intensidad y pasión que desde luego dan a pensar. Por supuesto, nunca se confirma esta posible relación íntima entre ambos, pero sin duda la película hace un hincapié especial en este tema y no deja de sorprender en un tipo de cine en el que normalmente nunca primaban la relaciones tan pasionales entre hombres.

Como curiosidad, debo comentar que, aun realizada con medios mucho más modestos que su competidora "Con destino a la luna" y con muchísimo menos rigor científico, creo firmemente que hoy en día "Cohete K-1" se conserva mucho mejor. Con sus limitaciones, se trata de una aventura emocionante y con un fuerte sentido de la maravilla, cosa que no se puede encontrar en su fría y documental oponente.


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